sábado, 17 de junio de 2017

Iván Fandiño


No hay palabras...
Valgan estas fotos de la Goyesca de Guadalajara -su otra tierra- hace apenas tres años.








Se te echará de menos
Descanse en Paz

lunes, 12 de junio de 2017

San Isidro 2017. Algunos apuntes (y II)



Quien sigue este blog ya debe conocer mi mala memoria. Hay tantas tardes en la piedra venteña que pasan fugazmente que es bueno mirar atrás, sólo un poco, para ver qué encontramos en los apuntes de esta Feria.
Y encuentro poco.
Tras las primeras notas de resumen, apuntamos lo de Enrique Ponce, tanto su maestría como su abuso del fueracacho

El día 31 apuntamos un buen toro de Victoriano del Río, “Cojito” lidiado en quinto lugar por López Simón.
Y ese mismo día un gran puyazo de Tito Sandoval, al menos un pequeño oasis entre el desastre que hemos visto tarde tras tarde en el ya casi extinto tercio de varas.

Y de la de Cuadri anotamos el toro protestado sonoramente por “el 7”, para mí de manera injusta.
En ese tendido, tanto como en otros, junto con grandes aficionados entendidos y cabales se camuflan acomodados algunos “arrimaos” que piensan que la protesta poco reflexiva, inmediata y sonora a todo lo que se mueva les proporciona categoría y respeto. Nada más lejos de la realidad. 
También apuntamos ese día buenos pares de Fernando Sánchez.

También anoté… ¿Que es la mansedumbre escastada? ¿Se puede ser manso y atesorar en sus genes lo que los entendidos llaman fondo de casta, como si de un fondo de armario se tratara?
Pues rotundamente si.
Bastó ver alguno de los ejemplares de los hermanos Lozano en la corrida de Alcurrucén, y como muestra valga el tercero, “Licenciado”, creo recordar, errático y más raro que un perro verde de salida, se vino arriba y propició el 90% de la salida a hombros de Juan del Álamo. Por cierto, nada que reprochar al triunfo del salmantino, faltaría más, pero tengo que reconocer que a mí no me emocionó.

A veces me siento algo perdido entre un público que valora de manera entusiasta algo que a mí no me “transmite” por decirlo de alguna manera. Cuando no coincides con el criterio de veinte mil personas, y sólo encuentras consuelo en ¿500?, ¿1000?, es evidente que el que debe estar equivocado es uno mismo. Lo contrario sería atribuir la equivocación al ochenta o noventa por ciento del personal, y eso, además de pretencioso, no suele ser cierto.

Apunté la disposición y entrega de Paco Ureña en la de Victorino. Interesante corrida de las de no comer muchas pipas. Dos-tres toros bravos y buena ración de casta en general. Para no andarse con tonterías.
Dos buenas series al natural de Talavante. Probablemente excesivo el premio de la oreja por esa estocada defectuosa, pero vistas las orejas que llevábamos, para mi resultó merecida.
Reseñable Pastelero, lidiado en tercer lugar por Ureña como ejemplo del toro que nos gusta, bravo, encastado, fiero, que no perdona una, y ante el que no se puede monear.

A destacar muy por encima del tono general de la Feria la corrida en conjunto de Rehuelga.
Como no suelo colgarme medallas, por colgarme una he de decir que para mí, de antemano, era una de las “tapadas” del serial.
Extraordinaria corrida la de Rehuelga, entendiendo la palabra en su sentido literal, como fuera de lo común ante tanta vulgaridad. Muy destacables 3º, 5º (liebre) y 6º, por encima de los de luces.
Aunque algo fuera de tipo por hechuras y sobre todo por peso -de otra manera difícilmente lidiaría en Las Ventas- la verdad es que fue una tarde excepcional, de las que sale uno con el ánimo reconfortado y feliz.

Y para finalizar, y como lo tengo más reciente, de la de Miura poco que decir. 
Ya se sabe que una mala tarde la tiene cualquiera. Verdaderamente decepcionante.

Pero hay tantos criaflojos y ganaduros que deberían hacer reverencias y descubrirse ante la sola mención del nombre de “Miura”, que por respeto a la historia no merece la pena comentar nada.
Y cuando se vuelva a anunciar en los carteles volveremos con la ilusión intacta.

El resultado en conjunto ha sido una feria más, en la que no se ha notado el cambio de empresa, al menos así lo he visto yo, si no fuera por una cierta reducción de peso que bien pudiera ser coyuntural, o tal vez indicio de una nueva tendencia.

Ah, y en que han cambiado la cocacola por la Pepsi.


sábado, 3 de junio de 2017

Las Ventas. Ponce tiene un autobús grande y Las Ventas una puerta pequeña


Enrique Ponce es un Maestro. 

Domina todos los terrenos, conocedor de la lidia hasta sus últimos rincones, sabe darle a cada toro la que le corresponde, practica un toreo amigable con el de negro, tiene la ilusión de un novillero sin caballos, o más, su toreo es reconocible sin ningún género de dudas, una composición estéticamente irreprochable que hipnotiza y emociona…

Podía seguir como en un bucle las loas al Maestro de Chiva…

Pero en mi opinión, hoy no debió salir a hombros por esa puerta grande de Las Ventas.

Esas dos estocadas más que defectuosas demuestran que uno más uno no siempre suman dos.

Ponce ha hecho los mismos planteamientos que tarde tras tarde hacían sonar las protestas en esta plaza, y que le llevaron a alejarse de Las Ventas. Ni más ni menos. Lo que años atrás fueron protestas hoy se han vuelto pañuelos.


Cuantas veces hemos hablado del autobús cargado de pañuelos tantas tardes aburridas de domingos venteños. Hoy lo que se ha demostrado, en opinión del aficionado que escribe esto, es que el autobús de Ponce es muy grande y la Puerta de Las Ventas muy pequeña.


De nuevo toreó Ponce fuera cacho, componiendo posturas pintureras mientras pasaba al toro por la periferia  (Joaquín Vidal, crónica 25 de julio de 2001, El País)