domingo, 27 de febrero de 2011

...Y la puerta no creció


Se confirma. Debe ser este el tamaño que tiene la puerta de Vistalegre.
Casi prefiero llamarle “El Palacio”, porque Vistalegre es y será “La Chata”.
El problema del Palacio de Vistalegre, aparte de las medidas (escasas) de su puerta grande, no es que esté cubierta, el problema es que está casi a tiro de piedra (largo) de Las Ventas, y vuelvo a insistir con el tema. Nos confundimos, todos.
La empresa, el público, los aficionados, los protestantes, los actuantes y la Presidencia.

De otra forma  no se explica el estallido de júbilo que se ha producido otra vez hoy, algo más atemperado que el de ayer, eso si, porque  de lo contrario hubiera sido para hacérselo mirar.
Hasta la vuelta al ruedo del jabonero sexto, segundo del Cid, pareció de cachondeo.
Mi vecino de asiento, que lo abandonó un momento para ir a refrescarse, cuando volvió pensaba que era coña, pero no lo era. Dos orejas a Manuel Jesús y vuelta al jabonero, que probablemente fue el más pasable y aparente de la tarde, pero lo del regalo no se lo creían ni los mulilleros, a los que hubo que parar cuando emprendían la huída sin reparar en el pañuelo de la Presidencia.

Morante estuvo, que no es poco.
Dio rienda suelta a su muñeca en el quinto, armando el lío en los tendidos a pesar de que a unos cuantos nos pareció que no anduvo en su sitio y  abusó del descoloque.

Y Juan Mora lo intentó, pero resultaba muy difícil quitarse de encima el recuerdo de su memorable última aparición a pocos minutos del Palacio Carabanchelero.
Tanto lo intentó que por no quedarse con las ganas pidió el sobrero con el que tampoco pudo demostrar lo que sigue llevando dentro.

Yo no se si repetirá la Feria Invernal en lo sucesivo. A mi el Palacio se me antoja mas adecuado para ver baloncesto, pero en cualquier caso, si repite, habrá que dejar muy claro lo que podemos esperar.
Que no nos vendan la vespa a precio de Harley.


Seguí trasteando con la cámara...





sábado, 26 de febrero de 2011

La Puerta Chica de Vistalegre



Vistalegre (que de Vista Alegre tiene poco, pero eso será otro tema), aunque esté en Madrid,  no es Las Ventas.
Parece de Perogrullo, pero para algún “protestante” no debe serlo.

Para quien en algún momento de las tardes Vistalegreñas tenga dudas, le bastará con mirar al cielo. Si lo ve bien, entero,  esta en Las Ventas, si no lo ve, o  sólo ve un cachito, está en Vistalegre.
Digo esto por los “protestantes”, que a menudo se olvidan que no están en la calle de Alcalá.
Ni por categoría, ni por prestigio, ni por tradición ni por nada.

Dejando por sentado que exigimos integridad absoluta, decencia y seriedad independientemente de la categoría del coso, no me parece (a mi) correcto que, por ejemplo, se proteste cuando suena la música para acompañar una faena, o se pongan pegas sonoras a una aceptable y correcta presentación para una plaza de segunda, en general, como ha tenido la corrida que inauguraba la temporada y la llamada Feria de Invierno en Vistalegre.

De lo visto, el señor López, Don Julián, que sabe torear (que yo lo he visto…) se empeña en intentar engañarnos utilizando con frecuencia su toreo de mentirijillas, como ha demostrado esta tarde en Madrid. Pero como esto le vale para salir a hombros por la Puerta Chica de Vistalegre, pues para qué nos vamos a meter en más complicaciones, ha debido pensar…

Talavante ha estado desconcertante, que tiene rima y todo.
En su primero estuvo, digamos correcto y con ese “algo” distinto que nos gusta. En el sexto, que no ha querido ver en ningún momento, más le valía haberse ahorrado el mal rato…total, ya tenía asegurada la Puerta Chica tras las dos orejas del tercero.

Y Manzanares (hay que ver qué bien mata usted, señor Manzanares…Viéndole parece hasta fácil, lo que pone en evidencia, por ejemplo, a Talavante con el sexto…) pues Manzanares me parece a mí que ha estado más que digno.
Un poco perdido a ratos, probablemente “fuera de punto” tras su largo y obligado parón, Pero en mi humilde y en absoluto experta opinión, los mejores momentos, o al menos los más auténticos, hay que apuntárselos a él.

Y mañana, domingo, con un cartel que creo más interesante,  comprobaremos si Vistalegre tiene de verdad Puerta grande, o si sólo tiene Puerta chica o si nos tenemos que conformar con la salida de emergencia.
Y yo por mi parte seguiré haciendo experimentos fotográficos…

Juli con su primero

J.M. Manzanares

jueves, 24 de febrero de 2011

Novillos de Moreno Silva (...que no veremos en Las Ventas...)


Un seguidor del blog me envía estas fotos (que publico con permiso de su autor,  F. Núñez) de los novillos de Moreno Silva que iban a ser lidiados en Las Ventas.
Al parecer la empresa le ofreció al ganadero ir en una de las novilladas del inicio de temporada en Marzo, cosa que éste no aceptó.

Bonitas hechuras, puede que a  falta de rematar algo, pero hay que tener en cuenta que estas fotos están hechas a primeros del mes de febrero.

¿Nos quedaremos definitivamente sin verlos por aquí?








lunes, 21 de febrero de 2011

Manolete y los Pablo-Romero





Tierras Taurinas, de André Viard,  me supone siempre una lectura  entretenida y enriquecedora.
En el opus 6, dedicado a la ganadería y encaste de  Pablo-Romero, además de un repaso como siempre exhaustivo a la historia de este encaste tan singular, se plantean una serie de “misterios” por resolver en torno a los míticos “toros guapos”.

De entre los misterios cabe  destacar, por convertirse casi en la línea argumental de la publicación, lo que denomina “la hipótesis Saltillo”, cuyo origen se sitúa en la  rumoreada y nunca reconocida cruza que se produciría en torno a 1.914 y 1.917  de la vacada de D. Felipe de Pablo Romero y Llorente con sementales del Marqués de Saltillo, en ese tiempo en manos de su viuda, a la sazón hermana de D. Felipe de Pablo Romero que es quien tras la muerte del Marqués se convierte en su albacea testamentario.

Viard trata de  demostrar o al menos sugerir esa hipótesis, basándose  en la aparición  casi repentina por aquellos años en los toros de Pablo-Romero de tipos   asaltillados con su característico hocico de rata y predominio del pelaje cárdeno, entre otros caracteres típicos de los toros del Marqués, lo que junto con análisis actuales de ADN, ciertamente parece evidenciar la cruza tras la singular cohabitación de ambas ganaderías en la finca de La Herrería, en Sanlúcar la Mayor.

Lectura muy entretenida, como siempre, y de la que a continuación transcribo un pasaje en el que, tratando de la aparición en la escena taurina de una figura que resultará tan determinante como es el apoderado, refiere el asunto de Manolete con los Pablo-Romero, y  José Flores “Camará”, su poderoso apoderado, de por medio. 


“A partir de su tercera temporada como matador, el público le reprocha a Manolete las exigencias de Camará, quien impone a los ganaderos la obligación de mandar para su torero los toros que él elige, y la de “humanizarlos”, un término que en el mundillo se usa para referirse púdicamente al afeitado.
Un día de 1.941, cuando Manolete acaba de realizar una gran faena a un toro de una de sus ganaderías predilectas, una voz se alza en los tendidos: “Eso había que hacerlo ayer…” La reprimenda da en el blanco. La víspera, en la misma plaza, un corridón de Pablo-Romero, admirablemente presentado, bravo y poderoso, entusiasmó a los aficionados.
Manolete está furioso. Deseando no dejar pasar la injuria, cosa que podía afectar a la imagen de su torero, Camará le convence de seguir lidiando los toros de Pablo-Romero, y le indica sus condiciones al ganadero: Los toros los eligirá  él y serán “afeitados”.
Ofendido, José Luis de Pablo-Romero y Artoloitia le rehúsa.
La sanción no tarde en llegar: no sólo Manolete no volverá a torear una sola de sus corridas, tampoco irá a torear a las plazas donde se anuncien los toros de Pablo-Romero…Manolete es entonces una figura inevitable, y los organizadores tienen que obedecer.

Treinta y cinco años más tarde, José Luis de Pablo-Romero y Artoloitia, quien entonces tiene 77 años, le confirma los hechos a Alfonso Navalón: “ Manolete nos echó de todas las ferias porque habíamos rehusado afeitar a nuestros toros para él ¡Únicamente cumplimos con nuestro deber!...No aceptamos simplemente porque no estaba autorizado. Ni más ni menos.
¡El día en que  el afeitado sea legal, cortaremos los pitones más que cualquiera!
Mientras tanto, el hacerlo equivale a deshonrarse. ¡Y que no me hablen los taurinos de “humanizar”! Ya que el fondo del problema no es más que una cuestión de dinero. Todo se hace por dinero.
No para proteger al torero, sino para proteger el dinero que puede hacerles ganar”.

El veto siguió siendo efectivo en 1.942 y 1.943. “En esos años, precisa el venerable ganadero, tuvimos que lidiar nuestras corridas en las plazas de segunda a las que Manolete no iba…y las que no se vendieron, tres cada temporada, ¡las hice apuntillar!”.
En 1.944, el resentimiento del matador se aplaca. Manolete se reencuentra con los Pablorromeros el 10 de agosto en Málaga, y el 23 de agosto en Bilbao, en una corrida matinal, que había sido suspendida la víspera debido al mal tiempo.
El ganadero no había cedido a las exigencias del apoderado, pero algunas empresas intercedieron por él…El torero no pudo triunfar.
Sin embargo el conflicto se había solucionado parcialmente.
Hasta la cornada mortal en Linares, el 28 de agosto de 1.947, Manolete no volvió a lidiar un solo toro de Pablo-Romero, pero Camará no se opuso más a la presencia de dichos toros en la misma plaza que su torero.
Quizá haya que ver en este lío el origen de la dicotomía sobre la que desde entonces van a estructurarse las ferias: De un lado los toreros estrella frente a ganaderías “comerciales”, y del otro los “toros-toros".

lunes, 14 de febrero de 2011

Entrega de premios Feria Taurina de Collado Mediano 2.010. Víctor Barrio triunfador





El pasado viernes 11 de febrero se celebró en Collado Mediano la ceremonia de entrega de los premios de su feria taurina 2.010.

Con lleno absoluto en el Teatro Municipal Villa de Collado y en una gala sencilla pero brillante y muy entretenida, se entregaron los galardones a quienes resultaron triunfadores según el veredicto del jurado de la Asociación de Fiestas de Collado Mediano, que valoró los méritos de todos los que participaron en el ciclo de novilladas.




Organizada por el Ayuntamiento, con la colaboración de la Asociación de Fiestas, y actuando como maestro de ceremonias D. Jorge Fajardo, Presidente de la Federación Taurina de Madrid, que presentó la gala, tras una breve introducción seguida de un vídeo que recordaba los mejores momentos de la pasada feria, fueron subiendo al escenario uno a uno los premiados.

 Jorge Fajardo, actuó como maestro de ceremonias


En primer lugar, el trofeo a la mejor actuación de la novillada de promoción celebrada el 26 de agosto fue a parar a manos de David González, por su labor con el sexto eral de la tarde, de la ganadería de Sotillo Gutiérrez, al que cortó las dos orejas.

Beatriz Badorrey entregó el premio a David González


El trofeo a la mejor ganadería de la feria recayó en la de El Torreón, propiedad del maestro Cesar Rincón, destacándose el comportamiento del novillo herrado con el nº 728, de nombre “Tontillo”, premiado con la vuelta al ruedo tras ser lidiado en quinto lugar por Víctor Barrio.


Pablo González (Monte la Ermita) recibe el premio en nombre de Cesar Rincón de manos de Juan Ramón Miranda


Resultó merecedor de la mención especial a la faena artística el novillero, actual matador de alternativa, Arturo Saldívar, por la gran faena realizada al segundo novillo de su lote, de la ganadería de “Monte la Ermita”, en la tarde del 27 de agosto, y que fue premiada con las dos orejas.

Ángel García entrega el trofeo a Arturo Saldívar



Recibió el trofeo al triunfador absoluto de la feria, por segundo año consecutivo, el segoviano Víctor Barrio, por su extraordinaria actuación del domingo 29 de agosto con la novillada de “El Torreón”, en la que cortó dos orejas y dos orejas y rabo respectivamente a cada uno de los novillos de su lote.

José Ramón Palacios hizo entrega del trofeo a Víctor Barrio

Quien agradeció el afecto del público Collaíno


Se entregaron también a continuación, tres placas  conmemorativas cuyos destinatarios fueron Verónica Sanz, en reconocimiento a la labor fotográfica desarrollada en el municipio en los últimos años, captando cualquier detalle festivo y taurino.

Verónica Sanz con los concejales José A. Blasco y Javier Lozoya

El que esto escribe, José María Gaitán, por mi colaboración en el apartado fotográfico la pasada feria. Debo decir que la placa, tan bonita como creo que inmerecida, la recibí enormemente agradecido y encantado de la vida.

José María Gaitán con Jose A. Blasco y Javier Lozoya

Finalmente se entregó una tercera placa en reconocimiento al fomento de la fiesta, que recayó en la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid y que fue recogida por su Presidente, D. Jorge Fajardo, en agradecimiento a la valiosa colaboración prestada durante los cuatro últimos años a la Asociación de Fiestas y a los integrantes del actual equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Collado Mediano.

D. Jorge Fajardo, Presidente de la Federación Taurina de Madrid


A continuación tomó la palabra Dª Mª Ángeles Sanz, quien en nombre de “Las Majas de Goya”, reivindicó el papel de la mujer como aficionada, en un mundo como el taurino, tradicionalmente machista.

Dª. Mª Ángeles Sanz


D. Felipe Díaz Murillo, Director de la Escuela Taurina de Madrid, se dirigió al público asistente para hablar, en un animado discurso, sobre la necesidad de fomentar los ciclos de novilladas, poniendo como ejemplo el buen hacer  de Collado Mediano con su feria, y comprometiéndose una vez más en hacer lo que esté en su mano para que este año volvamos a contar con una novillada de promoción.

D. Felipe Díaz Murillo, Director de la Escuela Taurina de Madrid


Finalmente tomó la palabra la Alcaldesa de Collado Mediano, Dª María Rubio.
En un emotivo discurso  que caló en el auditorio, hizo un repaso a la tradición taurina de Collado Mediano, para finalizar con una rotunda defensa del derecho a preservar y fomentar nuestras costumbres, nuestras tradiciones y nuestra afición.


Dª. María Rubio, Alcaldesa de Collado Mediano

Y para terminar esta entrada, voy a volver a insistir en algo que ya comenté en la entrada que inauguraba este blog

Dentro de escasamente tres meses volveremos a las urnas a elegir corporaciones municipales.
Sin ánimo de abrir un debate político, que no es mi intención, sólo quiero pedir como aficionado y no votante allí, a todos aquellos que comparezcan en las candidaturas por Collado Mediano, sean cuales sean, y vengan de dónde vengan, que el camino apuntado por la anterior corporación y consolidado por la actual, sea el que siga en el futuro su feria taurina, dando el paso necesario para convertirse en una referencia en cuanto a ciclos de novilladas en la zona centro.

No podemos dar un paso atrás, porque es en estos momentos y llegados a este punto, cuando hay que cruzarse, echar la “pata alante”, y fijar la embestida.

Lo contrario, dar la espantá, y desandar lo que nos ha llevado a programar ferias más que dignas, sería un grave error que en definitiva haría más daño aún a la situación actual de la fiesta.

Y para quienes pudieran traducir este asunto en un mero ejercicio de rentabilidad en número de votos, que tengan presente que ningún espectáculo ha conseguido a lo largo de los años congregar tanto público en Collado Mediano como los espectáculos taurinos, encierros y novilladas, que allí se celebran.

Como quien me conoce sabe que no me mueve la servidumbre política, ni siquiera la afinidad, me voy a permitir mojarme y dar al César lo que le corresponde, y, al menos en materia taurina, que es de lo que aquí se escribe, hay que decir que el actual Equipo de Gobierno de Collado Mediano se ha ganado a pulso en esta legislatura un nueve y medio sobre diez, y digo un nueve y medio porque habrá que dar un margen para la mejora y ganarse el diez los próximos cuatro años.
Que lo veamos.



Montajes en vídeo que preparé para la ocasión, parte de los cuales se proyectaron en la entrega de premios.

Víctor Barrio



Arturo Saldívar





lunes, 7 de febrero de 2011

Toreros de Guadalajara (y IV)


José Luis Sedano

Nacido en Peñalver en 11 de febrero de 1.943.
Habitual en las capeas de la provincia y de toda la zona centro en los años de su juventud, tomó la alternativa en Benalmádena en octubre de 1.983 de manos de Francisco García “El Poli”.
Retirado prematuramente de los ruedos, fue Director de la Escuela Taurina de Guadalajara en la década de los 90.




Francisco Javier Sánchez Vara



Nacido en Guadalajara en julio de 1.979, marcha a Madrid cuando tenía 7 años, donde ingresó en la Escuela Taurina en 1.990.
Figuró en el cuadro de honor de la Escuela desde 1.993 hasta 1.995.
Con tan sólo 11 años mató su primer becerro en Higuera de las Dueñas (Avila), el 8 de septiembre de 1990.
Con quince años debuta vestido de luces en Torrejón de Ardoz, cortando las dos orejas y el rabo del primer eral al que se enfrentó.

Debutó  con picadores oficialmente en Benidorm, el 21 de enero de 1.996, aunque su estreno real ocurrió unos meses antes.

Según cuenta Juan Luis Francos en la Enciclopedia Taurina de Guadalajara, “Ocurrió en Medina del Campo el 11 de junio de 1.995. Acompañaba a Domingo Triana, Antón Losada y otro que no recuerda. Este último no se presentó, quedando la corrida en un mano a mano, y a él, que había ido en calidad de espectador, lo inscribieron como sobresaliente. Domingo Triana recibió una cornada en el gemelo y Antonio Losada se fracturó un dedo, por lo que tuvo que matar dos toros, cortándole las dos orejas al primero”.

Tomó la alternativa en la localidad alcarreña de Sacedón, de manos de Luis Francisco Esplá y actuando como testigo “El Fandi”, el 30 de agosto de 2.000, cortando tres orejas.

En su confirmación en Las Ventas, el 7 de Septiembre de 2003, dio una vuelta al ruedo en su primero y cortó una oreja en el sexto.
Transcribo un fragmento de la crónica del festejo publicada en ABC por Rosario Pérez.

Dos matadores, Alberto Manuel y Sánchez Vara, ratificaban su doctorado y, finalmente, fue este último el que se llevó el gato al agua y resultó el triunfador de un anodino festejo con escasos pasajes para el recuerdo.
El citado éxito sobrevino en el sexto, al que Sánchez Vara saludó con fibrosos lances. Se volcó el público con el torero en el tercio de banderillas y éste correspondió con el brindis de una faena premiada con la única oreja de la tarde. Sentado en el estribo e hincándose de hinojos principió su labor. Obtuvo una primera ronda de notables derechazos. Valentón se mostró en las siguientes y desgranó también algún muletazo digno de mención.
A izquierdas sólo lo intentó cuando agarró el estoque de verdad para cuadrar y matar al enemigo. Puso corazón en la estocada y fue recompensado con el mencionado premio.
Lo cierto es que el espada de Guadalajara, guste más o menos su toreo, derrochó ganas de principio a fin. Con tres largas, citando con la palma de la mano con alegría y gusto, saludó al toro con el que ratificaba su doctorado (…) Bullidor, banderilleó después Vara y, aunque no resultó un tercio brillante, fue muy ovacionado. Unos doblones y un trincherazo poderoso prologaron el trasteo. Sin más probaturas agarró la zurda y extrajo una serie con poco ajuste, pues le faltó cruzarse más.
Sobre la derecha, aunque con un vulgar zapatilleo, porfió valeroso para exprimir las deslucidas embestidas de su rival. En el epílogo dibujó un templado derechazo y dos pectorales notables. Dio una vuelta al ruedo.

Actualmente en activo, es un torero que suscita opiniones para todos los gustos, aclamado en muchas ocasiones por el público, su estilo, en ocasiones un tanto peculiar, no siempre resulta del agrado del aficionado.
Sin embargo, lo que no se le puede poner en duda es su pundonor, sus ganas de agradar,  y su capacidad de enfrentarse a lo que otros no ven ni de lejos, por lo que aunque sólo sea por eso merece el mayor de los respetos.

martes, 1 de febrero de 2011

Toreros de Guadalajara (III)



José Antonio Montoto, “Pepe Pastrana”

Nacido en 1.951 en la Villa Ducal de Pastrana, emigró pronto a la Sierra de Madrid donde su familia, almendreros, iban por las fiestas de los pueblos de la zona vendiendo almendras, negocio que ampliarían con tómbola y otras atracciones. Dicho sea de paso, los naturales, y los adoptados de la zona, como es mi caso, seguro que recuerdan la “tómbola Pastrana” recorriendo las fiestas de aquellos pueblos.

No fue torero de escuela, y aprendió en capeas y becerradas, debutando con picadores en Cenicientos en 1972.

En 1976 toma la alternativa en Guadalajara teniendo como padrino a “El Viti”, y a Manzanares como testigo.

Típico caso de torero que tuvo que lidiar con las ganaderías “duras” esquivadas por las figuras del momento, consiguió salir en dos ocasiones por la puerta grande de Las Ventas.

Como al menos para mi cualquier momento es bueno para recordar y releer a Joaquín Vidal, aprovecho para traer aquí la crónica publicada en El País sobre una corrida del Conde de la Maza en septiembre de 1.979 en la que hacía el paseíllo Pepe Pastrana junto a Curro Camacho y Antonio Guerra, tres toreros muy alejados del concepto de “figura”.


Los toros del conde de la Maza leen a Marcuse

JOAQUIN VIDAL 04/09/1979

Decíamos todos que el cartel del domingo en Las Ventas era muy modesto, el más flojo de cuantos ha montado la empresa Canorea en Madrid, pero con mejores toreros, podríamos asegurar, no habríamos visto mejor corrida.

Los modestos, modestísimos -hablamos de Antonio Guerra y Pepe Pastrana- estuvieron toreros, torerísimos, incluido el valor que es propio de los de su oficio, con los hermosos, fuertes, difíciles, peligrosos, intelectualones toros del conde de la Maza. Porque, en efecto, casi todos los toros del conde de la Maza, los que se lidiaron el domingo en Madrid (y quizá la camada entera) eran intelectuales.

Habían leído a Marcuse. Como estamos en democracia, el señor conde promociona a sus pupilos y además de echarles el pienso, rico, abundante y bien de vitaminas, les pone a leer a Marcuse, para que desarrollen su personalidad.
Salían los toros bien alimentados, preciosos en aquella estampa admirable, seria y avasalladora, capa negra, pechos robustos, sombrero a juego, y decían, que yo lo oí: « ¿A mí esta represión de la crianza selectiva, que pretende privarme del instinto ancestral, del placer de enganchar a un tío de estos por la ingle y pincharle? Arreglados estáis, y para muestra, ahí va ese derrote. Si te pillo la taleguilla, moreno, te la dejo hecha un faldellín de hawaiana.»

Como en toda comunidad, por muy intelectual que sea, unos habían leído a Marcuse de cabo a rabo y otros no, unos lo habían entendido y otros no, y el último ni por el forro abrió el libro, que prefería a Corín Tellado.
Y ese fue el que le dejó llevar, sin amagos revolucionarios ni nada, por los cauces del orden establecido, y embistió recto. Pastrana lo toreó por ayudados por alto, dio un trincherazo magnífico, ligó derechazos y, ya en el natural, se llevó un susto mayúsculo, pues el pupilo del señor conde no sería marcusiano, pero llevaba en un rincón de su instinto la mala catadura y tiró un derrote a la cara que a punto estuvo de afeitar en seco al diestro.

El tercero, bronco y resabiado, también le envió un gañafón espeluznante a Pastrana, que no ganaba para sustos, y el aviso advirtió al diestro de que no debía andarse con bromas, de manera que cortó la faena. Su tarde fue muy digna, completa en lo que cabía.

Reposado, valiente, con claros progresos técnicos respecto a lo que le vimos en actuaciones anteriores, Antonio Guerra también se estrechó en las verónicas, y en un quite por chicuelinas, y resolvió con valor y recursos la papeleta de abatir a dos torazos marcusianos, con los que no habría podido la mayor parte del escalafón. Aprovechó las iniciales embestidas boyantes del segundo con pases de rodillas y series de derechazos y, cuando esas embestidas se hicieron reservonas, porfió con valor.

El quinto lo sabía todo -política, literatura, arte, ya le podías preguntar-, y conocía los terrenos del torero como si le hubiera dado clases Pedro Romero. Al primer muletazo, ¡fu!, se paró en busca del bulto, esquivó Guerra la tarascada, pero el cornudo sabio, aún no nos explicamos cómo, le atrapó y le pegó un volteretón.
De aquí en adelante, la historia del trasteo fue un toro que quiere torear a un torero y cogerlo por la ingle. Por supuesto, Antonio Guerra no se dejó, y se vengó con un bajonazo.

De este tenor, buscones, camorristas, eran los galanes que le correspondieron a Curro Camacho (uno de ellos, de García Romero, manso pregonao) y se los quitó de encima con brevedad. Lo que ocurre es que Camacho, a diferencia de sus compañeros, andaba asustado por la plaza, dejó la dura tarea de la lidia en manos de los peones y pegó dos espantadas: una, en el primero, cuando lo recibió de capa, y otra en pleno tercio de varas. En ambas ocasiones tiró el engaño y se arrojó de cabeza al callejón.

Toros de trapío, poderosos, tres derribaron y uno le pegó una cornada al caballo en plena cara. Los espectadores cercanos al lugar del suceso estaban horrorizados, como es natural, y un nórdico rubio gigantesco se desmayó. Los circundantes le daban aire y le gritaban al oído: «No pasar nada, míster; todo acabar ya; el jaco vivir tranquilo, míster.»

La corrida estuvo muy lejos de ser brillante, pero había emoción, que es parte fundamental del espectáculo. Cuando los toros salen imponentes, fuertes, leídos y marcusianos, la fiesta adquiere densidad argumental e importancia, y alcanza unos niveles de tensión quizá excesivos para gentes delicadas. Pero qué le vamos a hacer: es así.