domingo, 16 de enero de 2011

Toreros de Guadalajara (I)



Guadalajara (España, debo aclarar, porque este blog tiene algún lector desde Jalisco) es una provincia con una enorme afición y tradición taurina. No hay pueblo por pequeño que sea que no destine una parte importante de su presupuesto festivo a la organización de capeas, concursos de recortes, encierros,  becerradas, y los más pudientes, novilladas o corridas de toros.

Curiosamente, a pesar de esta afición, si bien la nómina de recortadores, “capas”, becerristas,  y novilleros nacidos en la provincia es amplia, cuando buscamos toreros que dieron el salto de la alternativa, no llegamos a la decena.
Desde hace un par de años, en Guadalajara tiene su sede el CEART, Centro de Alto Rendimiento  para Toreros, creada por la Diputación Provincial, patrocinada por la Fundación Joselito y con el auspicio de la Escuela Taurina de Guadalajara.
El objetivo de este Centro es el de llegar  un paso más allá de las clásicas Escuelas Taurinas, aunque con lo del alto rendimiento se corre el riesgo de formar “profesionales” y no “toreros”, que a mi modo de ver, son dos conceptos que no siempre coinciden en el mundo taurino.
Aún así, con un nombre tan sonoro, es de esperar y desear que a medio plazo aporte interesantes resultados, aunque por el momento tampoco abunden los aspirantes alcarreños.

Tomando prestada la idea de Juan Moreno en su blog, y con documentación extraída, en gran parte, de la Enciclopedia Taurina de Guadalajara, de Juan Luis Francos, voy a hacer un resumen de aquellos toreros nacidos en la provincia que llegaron a tomar la alternativa.

Dejaré fuera a otros tantos que sin nacer en la provincia, se curtieron en sus plazas  como toreros, como es el caso de César Jiménez, Raúl Velasco o Iván Fandiño, por citar algunos.
Tampoco me voy a referir a los Rejoneadores, nacidos en Guadalajara como Deme Centenera o López Bayo, o afincados como Manuel Vidrié, Mariano Rojo o Miguel García.

Empezamos pues, y  por orden de antigüedad le corresponde abrir plaza a  

Julián Saiz, “Saleri II”

Sin duda el toreo que alcanzó la mayor proyección de entre los nacidos en Guadalajara.
Nació en Romanones, villa situada en plena Alcarria, el 19 de junio de 1890. Empezó a sonar como “capa”  con el nombre  de “Posadero” en los primeros años del siglo XX, tras dejar Romanones y trasladarse a Salamanca, pasando antes  una corta temporada por Madrid.
En Salamanca es  acogido y apoderado por Aniceto Ajo “Cuchareta”, y será allí donde adopte el nombre por el que sería reconocido, Saleri II.
En Mayo de 1913 debuta en Madrid, toreando ese año en 31 ocasiones la mayoría de ellas en plazas importantes.
En 1914 toma la alternativa en Madrid de manos de Vicente Pastor, apareciendo los años siguientes  en carteles de Madrid, Sevilla, Valencia, Bilbao o Barcelona, donde en febrero de 1916 hace el paseíllo en la corrida de inauguración, o más bien re-inauguración, de la Monumental, junto a Joselito (“Gallito”) y Francisco Posada.





En 1918  llega a torear en España en 72 ocasiones, llegando a ser el segundo en número por detrás de Joselito,  su amigo, que hizo el paseíllo 81 veces y con quien compartió cartel en 31 tardes de ese año.

A la vez que consolida su fama en América, es considerado por los críticos taurinos como uno de los mejores banderilleros del momento, y de la historia del toreo.


"Bravío" toro de Santa Coloma lidiado por Saleri II en Madrid  en 1.919

Transcribo un fragmento del opus 3 de Tierras Taurinas, dedicado al encaste Santa Coloma, en el que André Viard escribe sobre “Bravío”, lidiado por Saleri II en Madrid en 1919.

…Al entrar en su despacho, el Conde adopta un semblante severo. “Bravío” amerita solemnidad. Marcado con el número 70, después de que su ganadero obligó a los veterinarios a admitirlo en el lote que se iba a lidiar en Madrid el 11 de mayo de 1.919, bajo la amenaza de retirar el encierro completo, “Bravío”, de pelaje negro muy rizado, con seis años cumplidos, mas bien corto y bajo de tipo, dio muestras de una bravura demencial…la placa conmemorativa de cobre resume de manera lacónica sus proezas: seis varas, seis tumbos, seis caballos. “Uno de los toros más bravos de la historia”, dicen las crónicas de la época. “Desde que saltó al ruedo, Bravío demostró una bravura excepcional, arrancándose de largo hacía el caballo y empujándolo hasta las tablas…mostrando la misma bravura y la misma agresividad en los dos tercios siguientes.
Rebasado por ese torrente da casta noble, Saleri II, su matador, torero hábil y lleno de recursos, nunca pudo dominarlo y se hizo pitar. Acompañado por las ovaciones delirantes del público, el tiro de arrastre paseó el cadáver de Bravío en una vuelta a paso lento, el Conde fue llamado a saludar varias veces.
En los anales de la Fiesta, el recuerdo de Bravío se impone como el de uno de los toros más bravos lidiados en Madrid. Decir “Bravío” equivale a hablar de  bravura, de nobleza, y de un modelo de buena embestida, sin exceso de genio ni otra dificultad que su buena bravura, la cual no puede jamás ser considerada como excesiva en un toro de lidia…

En 1920 comienza su declive, probablemente afectado por la desaparición de su amigo Joselito, corneado mortalmente por Bailaor el 16 de mayo en la plaza de Talavera de la Reina.
Se retira de los ruedos en 1.928, dedicándose a partir de entonces  al mundo de los negocios taurinos, teatrales y circenses, que al final le llevan a  la ruina.

Es condenado a muerte durante la Guerra Civil, aunque finalmente salvó la vida gracias a la intervención de un antiguo peón de su cuadrilla, y sería años más tarde, en 1958, cuando muere siendo Director de la Escuela Taurina fundada por los Dominguín en la Plaza de Vista Alegre en Madrid.

Figura un tanto eclipsada en la historia de la Tauromaquia, al coincidir en  los años dorados del toreo junto a nombres como el citado Joselito, Rafael Gómez “El Gallo”, Juan Belmonte, Bombita, Rodolfo Gaona o Ignacio Sánchez Mejías, pero aún así ha pasado a la historia como uno de los grandes.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho este articulo
    Muchas gracias
    Gregorio de Eusebio Saiz
    Nieto mayor de Julian

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  2. Gregorio: Se me había pasado este comentario, muchas gracias a usted por pasarse por aquí. Desde luego, debe ser un orgullo ser nieto de una de las grandes figuras del toreo.
    Un saludo

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