domingo, 22 de enero de 2012

Me hago público



Entiéndase bien el título de esta entrada. No entra en mis planes, y menos aún a mi edad,  recorrerme las esquinas buscando una oportunidá. No es eso.
Lo que pasa es que los primeros días del año siempre son una buena excusa para llenar la cabeza con declaraciones de deseos, intenciones, propósitos, fines y metas.
En mi caso, en lo que llevamos de 2.012 ya he incumplido algunos, o al menos he retrasado su comienzo, como el eterno propósito de hacer ejercicio de forma regular (o irregular…), aprender inglés (esta vez si…).

Es una  lástima que hace muchos años consiguiera dejar de fumar, porque siempre es un buen propósito para incumplir.
Tengo un buen amigo que todos los años, después de las campanadas de año nuevo, lo deja. Unos años aguanta hasta marzo, otros hasta la Semana Santa, a veces incluso ha resistido hasta la Feria de San Isidro, pero el irresistible deseo de fumarse un buen puro en el tendido pone punto final a su interminable propósito.

Pues yo este año, después de mucho meditar he decidido hacerme Público.
Así como suena.
Estoy harto de intentar ser aficionado, y eso que no llevo mucho tiempo en esto, pero no aguanto más. Me estresa mucho.
El aficionado sufre, sufre  mucho, a solas, en compañía, en silencio.

He descubierto que ser público tiene muchas más ventajas. Para empezar no tienes ninguna obligación de abonarte a nada, libertad total.

Puedes sentarte en tu asiento con un jamón, un lomo embuchado, tres kilos de pipas,  una empanada de un metro cuadrado y tu bota de vino tran-qui-la-men-te, sin que nadie te mire mal.

Con que la tarde se dé bien, esté medianamente divertida y se corten unas cuantas orejas, ya te vas satisfecho a casa. Hasta te cambia la cara.
No he visto yo a mucho público con cara de amargao, no como los aficionados, que están todo el día dando la matraca con la integridad, la colocación, que si no carga la suerte, que si perfilero, que si el pico, que si el tipo, las fundas, el trapío, los encastes, el G10, que si  las figuras, el claveleo, los ganaduros, presidentes, empresarios...

Pesaos, que sois unos pesaos y unos plastas. No me extraña que  se os ponga ese rictus amargao! Que vais a los toros namás que a sufrir!!

Si te gusta lo que ves, pues aplaudes y sacas a orear el pañuelo. ¿Qué no te gusta? Pues silbas y pegas cuatro voces para que te miren los vecinos. Y ya está, y a tomarte unas cañas y mañana será otro día.
¿Qué más nos dará a nosotros si se pone de perfil, si echa la pata atrás, o si al cornúpeta le han retocao los pitones? Si luego le sacan punta!!

¿Qué necesidad tenemos de saber si es un encaste o son dos? ¿Qué nos importará a nosotros si los Atanasios se van al matadero? Pues ni que los Atanasios o los Gracilianos fueran congregaciones religiosas!!!

Pues nada, que lo tengo claro. A ver hasta cuando aguanto sin volver a estresarme.
Ya os iré contando lo bien que se está de público.

3 comentarios:

  1. Juselín:
    No pretendo fastidiar, nada más lejos de mi intención. Lo del jamón y esas cosas, sin problema, pero ya te digo yo que aunque pretendas que te gusten ciertas cosas, nanay. Y si no verás. Creo que el ser aficionado o "público" no lo elige uno, lo escoge el corazón y tú, como muchísimos otros, no le puedes gobernar, él va a su aire. Mira, yo hace muchos años me empeñé en que me gustara Espartaco; pues no lo logré. Y todos los años voy con predisposición especial para sentirme fan de El Juli, Manzanares, Perera, Castella, EL Fandi, Ferrera, El Cordobés, Abellán y lo intento, pero nada. Así que si no consigues convertirte en público, no te amargues y sigue por ese camino de aficionado con la mayor dignidad y buen humor que puedas. Un saludo amigo y espero no haberte echado un jarro de agua fría, pero lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible.

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  2. Bueno Enrique, los buenos propósitos del año nuevo siempre son dificiles de cumplir pero hay que intentarlo. Yo este año ya he dejado de hacer ejercicio y de aprender inglés, pero lo de hacerme público de momento pinta bien.
    Fijate que el otro día vi en video una faena del de Ubrique y casi me emocioné, así que yo creo que por ahora voy por buen camino...

    saludos

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  3. Juselín:
    No te engañes, que no. Vuelve a verla otra vez a ver qué te parece. Eso sí, no vale verla después de unas cañas, después de una buena comida, entre amigos y con alegría. jejeje. Como te lea Jesulín, igual vuelve a encerrarse con seis en Aranjuez.
    Un saludo

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