lunes, 12 de mayo de 2014

Quousque Tandem Taurodelta…?


Foto: Juan Pelegrín. Las Ventas


Tengo el “chiringuito” un tanto abandonado últimamente. Unas veces por falta de tiempo, otras por falta de ganas, y otras, las más, por las dos cosas.
Además, como no “tuiteo” pues resulta que ando algo despistadillo del ambiente taurino. Menos mal que me quedan mis blogs de referencia a los que sigo fielmente.

Resulta que como quien no quiere la cosa, ha llegado SAN ISIDRO, así en mayúsculas, y aunque esto no ha hecho más que empezar, ya me he preguntado …¿hasta cuando, Taurodelta…? De ahí el latinajo del título, al que habría que añadir …”abutere patientia nostra?”

Para mi es un año de cambio, o de transición, que nunca se sabe.
Del 2 al 3, siempre en la grada, y conservando las alturas del 9 para estar más cerca del cielo.
Pero el descoloque, aunque sea mínimo, te hace ver las cosas de forma diferente. Y más aún si un día estás en el 3 y el día siguiente te ves justo enfrente, en las alturas celestiales del 9. A veces incluso me ha parecido verme sentado enfrente. Voy a tener que llevarme un día los prismáticos para asegurarme, no vaya a ser que efectivamente sea yo, que me aburrí tanto que me quedé allí sentado convertido en estatua de sal.

A lo que vamos. El resumen de estos tres primeros días, extendiéndome mucho, es el siguiente:

  • Un buen toro, “Cariñoso III” nº 32 guarismo 0, ganadería de D. José Escolar, bravo, con casta y nobleza,  jugado en primer lugar ayer domingo día 11. Alguna protesta de salida (algo justito de culata) y ovacionado en el arrastre.
  • Dos buenos pares de banderillas, sobre todo el segundo, de Ángel Otero al cuarto toro de la misma corrida.
  • Dos buenos puyazos a cargo de Óscar Bernal y de Pedro Iturralde.
  • Apuntes de alguna buena brega.
  • Y piedra, demasiada piedra en Las Ventas.

Y de lo demás no me acuerdo…

Como detalle “Taurodelesco-moderno”, anuncian una aplicación para el móvil por la que puedes pedir el gintonic, o lo que se tercie, y te lo llevan hasta tu localidad.
Aunque reconozco que me da miedo, igual un día me lanzo, descargo la “app” y me lío a pedir algo.
Por ahora, y mientras me decido a dar el trascendental paso, espero ese momento de pedir una consumición (ya decidiré cual) con emoción contenida.

Ya les contaré. 

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