domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Llueve sobre mojado? A vueltas con el Toro




Foto: J. Spínola


Recordaba hace unos días algo que leí hace tiempo escrito por  Gregorio Corrochano, lo busqué,  he vuelto a leerlo, y lo comparto con los que  pasan por aquí porque me parece que sigue  reflejando la forma de pensar que en la actualidad pueda tener cualquier aficionado.  
Leer a G. Corrochano, como a Navalón o a Joaquín Vidal entre otros,  gente que sabía de lo que escribía en definitiva, siempre es un placer enriquecedor que  a veces me ha  llevado a pensar que sería bueno exigir la acreditación de haber leído algún reconocido texto para acceder al estatus de aficionado solicitador de trofeos, y poder agitar entusiastamente el pañuelo haciendo gala de de un merecido pedigrí lector. En seguida se me pasa la idea, claro.

Ojo, porque esto que viene a continuación lo escribió Corrochano en 1.966, ayer como quien dice, pero sus palabras podían haberse escrito realmente ayer.

Escribe el maestro, hace cuarenta y cinco años, sobre el toro.

…Es peligroso hacer  con la bravura del toro comercio de comodidad para el torero, que sea bravo pero hasta cierto límite, para que no acose y moleste al torero; que sea muy pastueño, pero que no se extreme hasta la mansedumbre que le ronda; que vaya a los picadores para salvar la divisa, pero que se deje pegar(…) Que sea bueno, en fin, para el torero. Esta es la receta mágica que se busca: que parezca toro, que parezca bravo, y que no lo sea. (…)
Ahí están de muestra ganaderías que fueron bravas, degeneradas más que por descuidos, errores, consanguinidades y desconocimiento de lo que es la bravura por esas manipulaciones de buscar inútilmente la bravura inofensiva del toro, que nunca es inofensivo, con el mediotoro, mediobravo, como si se pudiera ir a medias con el toro.

Esta distinción, muy de moda, del toro bueno para el torero o el toro bueno para el ganadero es la más disparatada concepción de la bravura;  es un factor negativo. Es larga la lista de ganaderías infectadas de toros buenos para el torero, que es una forma nueva y peligrosa de la mansedumbre. La experiencia está desacreditada. El ganadero debe buscar con afán el toro bravo. Toro que no sea bueno para el ganadero, no es bravo, y no debe ser bueno para nadie, aunque parezca circunstancial y económicamente bueno para el torero(...)

El toro se ha desacreditado; casi nos atreveríamos a escribir que se ha eliminado. Se habla del toro como hipótesis, como de algo que existió, o con el desdén de lo que no tiene importancia. Y es lamentable, porque los ganaderos de reses bravas tienen en su haber uno de los éxitos mayores que se han conseguido en Zootecnia. Es un de las razas mejor logradas, lo mismo en características externas, que en dosificación media de bravura.  No creemos que hayan conseguido más los ingleses, con sus famosos caballos de carreras. Y, sin embargo, en vez de ser la época del toro, es la época de la insignificancia del toro, del desdén por el toro, de sanciones a los ganaderos.
Tanto se escatima el toro, “en su edad y en sus libras” –preocupación de los fundamentos de la Tauromaquia- que se ha llegado a la ficción de una corrida de toros sin toros.


A mi personalmente sólo se me ocurre añadir …Ahora vas y lo cascas…

¿Llueve sobre mojado? ¿Es especialmente crítico y negativo el aficionado taurino? ¿Tendemos a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor…?

En próximas entradas intentaré subir al blog fragmentos de lo que voy leyendo o releyendo y que me parezca interesante compartir.




2 comentarios:

  1. no hay TORO, se lo estan cargando LOS TOREROS y sus colaboradores, ciertos GANADUROS Y SUS PELOTAS PEIODISTAS, asi de claro.

    Paco

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  2. Leyendo lo que escribió Corrochano hace 45 años, parece que llevamos al menos medio siglo intentando cargárnoslo. Afortunadamente, todavía quedan algunos en las dehesas, lo malo es que muchas veces acaban en un matadero.

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