lunes, 7 de febrero de 2011

Toreros de Guadalajara (y IV)


José Luis Sedano

Nacido en Peñalver en 11 de febrero de 1.943.
Habitual en las capeas de la provincia y de toda la zona centro en los años de su juventud, tomó la alternativa en Benalmádena en octubre de 1.983 de manos de Francisco García “El Poli”.
Retirado prematuramente de los ruedos, fue Director de la Escuela Taurina de Guadalajara en la década de los 90.




Francisco Javier Sánchez Vara



Nacido en Guadalajara en julio de 1.979, marcha a Madrid cuando tenía 7 años, donde ingresó en la Escuela Taurina en 1.990.
Figuró en el cuadro de honor de la Escuela desde 1.993 hasta 1.995.
Con tan sólo 11 años mató su primer becerro en Higuera de las Dueñas (Avila), el 8 de septiembre de 1990.
Con quince años debuta vestido de luces en Torrejón de Ardoz, cortando las dos orejas y el rabo del primer eral al que se enfrentó.

Debutó  con picadores oficialmente en Benidorm, el 21 de enero de 1.996, aunque su estreno real ocurrió unos meses antes.

Según cuenta Juan Luis Francos en la Enciclopedia Taurina de Guadalajara, “Ocurrió en Medina del Campo el 11 de junio de 1.995. Acompañaba a Domingo Triana, Antón Losada y otro que no recuerda. Este último no se presentó, quedando la corrida en un mano a mano, y a él, que había ido en calidad de espectador, lo inscribieron como sobresaliente. Domingo Triana recibió una cornada en el gemelo y Antonio Losada se fracturó un dedo, por lo que tuvo que matar dos toros, cortándole las dos orejas al primero”.

Tomó la alternativa en la localidad alcarreña de Sacedón, de manos de Luis Francisco Esplá y actuando como testigo “El Fandi”, el 30 de agosto de 2.000, cortando tres orejas.

En su confirmación en Las Ventas, el 7 de Septiembre de 2003, dio una vuelta al ruedo en su primero y cortó una oreja en el sexto.
Transcribo un fragmento de la crónica del festejo publicada en ABC por Rosario Pérez.

Dos matadores, Alberto Manuel y Sánchez Vara, ratificaban su doctorado y, finalmente, fue este último el que se llevó el gato al agua y resultó el triunfador de un anodino festejo con escasos pasajes para el recuerdo.
El citado éxito sobrevino en el sexto, al que Sánchez Vara saludó con fibrosos lances. Se volcó el público con el torero en el tercio de banderillas y éste correspondió con el brindis de una faena premiada con la única oreja de la tarde. Sentado en el estribo e hincándose de hinojos principió su labor. Obtuvo una primera ronda de notables derechazos. Valentón se mostró en las siguientes y desgranó también algún muletazo digno de mención.
A izquierdas sólo lo intentó cuando agarró el estoque de verdad para cuadrar y matar al enemigo. Puso corazón en la estocada y fue recompensado con el mencionado premio.
Lo cierto es que el espada de Guadalajara, guste más o menos su toreo, derrochó ganas de principio a fin. Con tres largas, citando con la palma de la mano con alegría y gusto, saludó al toro con el que ratificaba su doctorado (…) Bullidor, banderilleó después Vara y, aunque no resultó un tercio brillante, fue muy ovacionado. Unos doblones y un trincherazo poderoso prologaron el trasteo. Sin más probaturas agarró la zurda y extrajo una serie con poco ajuste, pues le faltó cruzarse más.
Sobre la derecha, aunque con un vulgar zapatilleo, porfió valeroso para exprimir las deslucidas embestidas de su rival. En el epílogo dibujó un templado derechazo y dos pectorales notables. Dio una vuelta al ruedo.

Actualmente en activo, es un torero que suscita opiniones para todos los gustos, aclamado en muchas ocasiones por el público, su estilo, en ocasiones un tanto peculiar, no siempre resulta del agrado del aficionado.
Sin embargo, lo que no se le puede poner en duda es su pundonor, sus ganas de agradar,  y su capacidad de enfrentarse a lo que otros no ven ni de lejos, por lo que aunque sólo sea por eso merece el mayor de los respetos.

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