(De la Revista “Pan y Toros”, nº 32,
de 9 de noviembre de 1896)
La plaza de toros de esta capital, que
está sin terminar, se construyó por acciones entre los años 1859 y 1860, al
mediodía de la población, en un alto a la izquierda del denominado Paseo de Las
Cruces, frente a la terminación de la tapia de la Huerta del Convento del
Carmen, y en terrenos que fueron de la propiedad de Doña Carmen Ruiz.
Es de forma circular, y entraron en su
composición mampostería, ladrillo y madera.
Por falta de unión entre los
accionistas las obras, que quedaron pendientes cuando se estrenó, no se
concluyeron y, más tarde, de las efectuadas se destruyeron no pocas, especialmente
en la parte de palcos y gradas. De los primeros se habilitan algunos con
maderas cuando se celebran corridas de alguna importancia. De los primitivos
quedan algunos palcos y una pequeña parte de grada.
Entre los asientos que tiene y se
habilitan pueden acomodarse de 4.600 a 4.700personas.
Para dar paso a estas localidades hay
interiormente diez escaleras, algunas en tan mal estado como la plaza.
Para el servicio público hay cinco
puertas.
El redondel es pequeño y el piso
bastante mediano, por falta de cuidado necesario.
A poco de haberse inaugurado, los
accionistas fueron traspasando sus acciones, pasando al cabo de algún tiempo a
ser todas propiedad de D. Narciso González, quien en diferentes épocas la ha
tenido subarrendada, siendo uno de los arrendatarios que más impulso han dado a
la afición en estos últimos años D. Gregorio Medrano.
Se estrenó el 15 de agosto de 1851 por
los espadas Cayetano Sanz y Francisco Martín (El Corneta).
Desde entonces hasta la fecha han
desfilado por aquella plaza muchos de los principales matadores de toros y
novillos, que se han distinguido en el arriesgado ejercicio de lidiar reses
bravas.
Entre otros recordamos a Cúchares, Ponce, Frascuelo, siendo
matador de novillos, Valdemoro, Mazzantini,
espartero, Guerrita, Lagartijillo, Ecijano, Bonarillo, Pepete, Reverte, Bombita
y Lesaca.
Han sufrido en dicha plaza percances
los espadas Ponce el año 1865, Espartero, Reverte, y últimamente el
infortunado Lesaca, en 15 de Octubre
del corriente año, a consecuencia del que falleció a poco de llegar a Madrid,
en el día de la cogida.
En la portada de este número van
vistas interiores de la plaza, entre las que figura la parte en que ocurriera
la cogida de Lesaca por el toro Cachurro,
de la ganadería de Ripamilán.
En la plaza de Guadalajara se celebran
anualmente dos o tres novilladas, con matadores de los mejores entre los de
novillos, durante el verano, y una de toros a mediados de Octubre.
Si se terminaran las obras de la
plaza, no ya como el proyecto primitivo, sino cerrándola por completo, con
palcos y gradas, sería una de las que pudieran dar rendimientos a la persona
que la explotara, por su proximidad a Madrid, siempre y cuando los elementos
que compusieran el cartel tuvieran suficientes atractivos.
A la muerte de Lesaca (fragmento)
Cayó el espada luchando
en la singular pelea,
como el gladiador romano,
como el soldado en la guerra.
No como cae el infame,
ni el calumniador, ni el déspota,
a quienes el hombre olvida
y la multitud desprecia;
no como el ídolo que, roto,
del pedestal viene a tierra,
sino como aquel que lucha,
llena de luz la conciencia
y se defiende con armas:
la espada, la voz, la idea…
Víctima de su deber
y con el alma serena;
El pueblo se compadece
y la caridad se expresa
alargando humilde el brazo,
su obra haciendo duradera.
Descansa en paz, que la lucha
Que en este mundo comienza,
dicen que en otro termina
donde es la quietud eterna.
Duerme ya, mientras algunos
te lloran y te recuerdan;
y si hay muchos que te ignoran,
hay otros que por tí rezan…
¡Los que tienen tu apellido
y los que tu sangre llevan
Emilio S. Covisa
Octubre de 1896
No hay comentarios:
Publicar un comentario