lunes, 19 de septiembre de 2011

“Caracolo”, de Antonio San Román, premiado en la novillada concurso de Becerril de la Sierra (Madrid)



Cuando uno ya casi  ha perdido la esperanza de ver un tercio de varas en condiciones, el anuncio de un concurso de ganaderías es una propuesta interesante para recuperarla, o al menos eso es lo que yo pensé al conocer el cartel de la novillada concurso de ganaderías en Becerril de la Sierra.
Si además te pilla a tiro de piedra, y el pasado año resultó entretenida y variada…el plan de la tarde del sábado (con el permiso de la autoridad) estaba claro.

El buen resultado de la primera edición de hace un año, seguramente ha contribuido a que la plaza presentara un fenomenal aspecto con muy pocos huecos en los tendidos.

Enhorabuena una vez más a la Comisión de Festejos y al Ayuntamiento de Becerril de la Sierra  por la iniciativa. Con la que está cayendo es de agradecer el esfuerzo organizativo y económico que requiere un concurso de ganaderías.
En esta ocasión se presentaban a concurso novillos de diversas procedencias y con variedad de capas, lo que sin duda es uno de los alicientes de este tipo de festejos.

Abrió plaza el de Mercedes Figueroa que correspondía a Sergio Blasco. De nombre “Bailaor” y  capa cárdena resultó noble, pero descastado y más que justo de fuerzas se quedaba corto en la embestida. Sergio Blasco estuvo un tanto gris sin llegar a acoplarse y escuchó palmas.

El segundo de la tarde,  “Caracolo”, un flor de gamón (aunque a mí me pareció cárdeno salpicado o burraco) de la ganadería de Antonio San Román y que resultaría en definitiva el ganador del premio al mejor novillo, correspondió a Mathieu Guillón.
Aplaudido de salida por su presentación, quizá algo pasado de báscula, y con un excelente trapío. Un “torito” que tomó tres puyazos empleándose y excesivamente largos  que le dejaron con las fuerzas muy mermadas.

Guillón no le quiso ver en ningún momento y así nos quedamos todos con las ganas de ver al novillo en la muleta. El francés, que  anduvo sin  sitio y con demasiado miedo, tras un corto y desordenado trasteo se fue a por el acero entre los pitos del personal, que acabó en bronca, y aplaudiendo en el arrastre a Caracolo.
Realmente en su defensa habría que decir que el torito no se lo echan a mas de cuatro o cinco de los del G-10 en plazas de más categoría, pero en su contra también hay que decir que este  sábado, en Moralzarzal, y sobre todo el domingo, día 25, en Las Ventas, lo que le espera no va a estar por debajo de “Caracolo”.

El tercero, “Durmiente”, un berrendo en cárdeno de los Hermanos Quintas que tomó tres varas sin emplearse. Fernando Adrián, que ya me gustó en Collado Mediano, demostró que sabe sacar petróleo de donde no hay y construyó una faena muy sólida que le valió su primera oreja. Series cortas  por los dos pitones aprovechando la media embestida del novillo y una buena estocada.

Fernando Adrián


El segundo del lote de Sergio Blasco, “Catalán”, un colorado de los Hermanos Pérez Villena en el tipo y hechuras de “Bobón”, el novillo indultado el año pasado, y que sin embargo resultó soso, con poca  clase y escaso de casta, y ante el que el Talaverano puso la voluntad suficiente para llevarse un trofeo.

Sergio Blasco con el de Pérez Villena


En quinto lugar saltó al ruedo “Lisito”, un cárdeno de El Verdinal que fue devuelto por inválido, y salió como quinto bis otro de los Pérez Villena, flojito y descastado, al que tampoco quiso ver Mateo Guillón que recogió pitos del respetable que andaba ya mosqueado después de la espantá con el segundo.
Guillón deberá pararse a pensar esta semana y ponerse las pilas ante sus citas en Moralzarzal, donde precisamente no sale el toro chico, y sobre todo en Las Ventas, donde le echarán un “torito” si o si. O a lo mejor es que quería llegar íntegro a Madrid…

Cerraba plaza “Milano”, de Herederos de M. García Ibañez, de capa melocotón y con sangre Veragüeña por sus venas. Resultó algo bronco y áspero, embistiendo con la cara arriba y con algún que otro tornillazo pero con poquitas fuerzas.
Fernando Adrián estuvo otra vez muy voluntarioso y sacando lo poco bueno que tenía el novillo cortó la segunda oreja tras una buena estocada.

En resumen, una novillada entretenida que pudo dar mucho más juego con algo más de fuerza que hubieran tenido los novillos.
Excelente presentación, destacando el de Antonio San Román, todos con trapío de plaza de mayor categoría, y novilleros por debajo de los novillos excepto en el caso de Fernando Adrián, muy por encima de sus compañeros de terna, en especial de Mateo Guillón.

Habrá que cuidar más la actuación de los de la vara, que sirve, entre otras cosas, para medir la bravura del toro, cosa que parece que se olvida con demasiada frecuencia, y que “curiosamente” resulta fundamental en un concurso de ganaderías.

¿Pierdo definitivamente la esperanza de ver un tercio de varas como uno piensa que debe ser o la conservo…?

Esperemos que en 2012 haya una tercera edición.

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