Tantas tardes seguidas de toros dan mucho de si, o al menos así debería ser.
La realidad generalmente es bien distinta, pero siempre
queda algo (poco) por lo que haya merecido la pena calentar la piedra durante
casi un mes.
Puede que se me quede alguno, pero estos son ahora, sin
orden ni concierto, mis “recuerdos” de la Feria.
Ureña, Paco.
Por hacerme sentir la pureza del toreo olvidado.
Faena,
estocada y momentos capoteros de Manzanares. Realmente intensos, y memorables
por inesperados.
Talavante,
Alejandro. Si, Talavante, por dejar siempre un rinconcito para la genialidad.
David
Adalid pareando a Luvino, un toro (y
una corrida) de otro tiempo. Fenomenal y emocionante tercio de banderillas de
este extraordinario torero de aire quijotesco.
Alguna
brega sobresaliente, Javier Ambel, César del Puerto.
Escribiente,
primer Adolfo que le tocó en suerte a Sebastián Castella y que, en mi
opinión, “se fue sin torear”.
Malagueño, el Alcurrucén (sin vuelta al
ruedo) con quien David Mora tuvo la
suerte de encontrarse.
Rafaelillo
y su pelea con Malagueño (Adolfo Martín),
por conseguir que no apartara la
vista del ruedo ni un segundo.
Un recuerdo televisivo para Camarín, el Ibán al que
desorejó parcialmente Alberto Aguilar, y para el toreo sabio de Enrique Ponce.
Para un par de tardes que falta uno…
De lo que
antes se llamaba tercio de varas, busco y no encuentro. Si acaso por su
cercanía en el tiempo, y a pesar de mi mala memoria, un recuerdo fugaz a la manera de acudir al
caballo del Miura que cerraba ayer la Feria.
Y como la
Feria ha sido tan “emocionante”, también tienen su recuerdo por
sacarme del aburrimiento en alguna tarde de soñera la
Banda de música. Cuando la tarde se tuerce nada mejor que
escuchar unos pasodobles entre toro y toro…
Y Florencio Fernández “Florito” y su “cabestraje”. Cuando
todo falla nos queda Florito, porque alguna tarde fue lo único reseñable.
De lo
peor (mansedumbre, deplorables tercios de varas, pegapasismo, descoloque, borregos
de negro, palmeros…) ha sido tanto que ya casi no me acuerdo…
Y ya para
terminar, por lo que aprendo, por lo que disfruto, y porque una tarde de toros
no termina hasta que no la vuelvo a ver a través de lo que ellos escriben, un
recuerdo para…
- La visión de Enrique Martín desde la grada seis
- Las crónicas de José Ramón Márquez desde las alturas
- Las cartas al amigo cadahalseño
- Los toros en puntas de Luis
Cordón
Seguiremos
atentos…
Muchas gracias por tu mención y por tu recuerdo. Y enhorabuena por una síntesis tan amena, completa y acertada de un mes de toros en Madrid. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti José Luis. Ahora toca pasar la canícula mesetaria lo mejor que se pueda. Alternaremos algún domingo en la ONU venteña con el peregrinar por las portátiles donde nos vayan dejando.
ResponderEliminarUn abrazo