El Ayuntamiento de Cabanillas del Campo, en Guadalajara,
convocó hace poco mas de un mes a los vecinos mayores de 16 años a una consulta
popular con el objetivo, al menos eso contaban, de sondear su opinión sobre qué
actividades encuadradas en sus fiestas de verano (antes llamadas “Fiestas de
Toros”) deberían ser apoyadas con dinero procedente de la partida
presupuestaria municipal dedicada a este tipo de eventos.
La consulta no tendría efectos vinculantes, y se trataba
tan solo de un ejercicio de transparencia democrática y participativa,
acercando al ciudadano a la gestión directa de los presupuestos municipales.
El “referéndum” planteaba cuestiones que algunos deben
considerar polémicas, y que a la vez supongo que son objeto de debate cotidiano
entre sus vecinos, temas candentes que están en la calle y que deben preocupan
a la ciudadanía como por ejemplo si el Ayuntamiento debe abrir las arcas
municipales para apoyar en el programa festivo las actividades infantiles, las
actividades deportivas y culturales, las comidas o cenas populares, o incluso
la contratación de orquestas para las verbenas nocturnas.
Ah, bueno, se me olvidaba que también se preguntaba si
debería apoyar los festejos taurinos.
El resultado no ha podido ser más contundente:
A modo de ejemplo, un 79,90% de los votos se muestran
favorables a que el Ayuntamiento contribuya en la organización de actividades
culturales y deportivas, y un 79,5 % de los votos apoyan las actividades
infantiles en las Fiestas de verano (antes “Fiestas de Toros”, insisto)
Sin embargo, un 58,42% de los votantes considera que los
festejos taurinos no deben ser apoyados por el Ayuntamiento a través de los
presupuestos Municipales.
Ante estos resultados, el Ayuntamiento ha decidido
eliminar del programa festivo las novilladas que venían siendo el eje de las
fiestas de verano, y únicamente se plantea celebrar espectáculos “no cruentos”
como la suelta de vaquillas o el concurso de recortes.
Asimismo, y para amortizar el costo de la instalación de
la plaza portátil, también se buscará programar actividades no taurinas en su
interior. Un espectáculo ecuestre, o una prueba de trial, son algunas de las
posibilidades que se barajan (sic)
Hasta aquí la noticia.
A partir de aquí mi interpretación, que yo soy un poco mal
pensado…
El equipo de gobierno municipal, formado por PSOE e IU con
el apoyo de “Vecinos por Cabanillas”, quiere cambiarle la cara a las “Fiestas
de Toros” que con tanto esfuerzo y dedicación sacaron adelante sus antecesores,
fundamentalmente bajo el mandato de Ramiro Almendros (PSOE), y aprovechan la
circunstancia de que ahora este partido necesita para gobernar apoyos externos
precisamente de los que consideran la Tauromaquia como el casposo centro de todos los
males que sufre la humanidad, y quieren salvarnos de nuestra pecadora
existencia de salvajes y violentos aficionados a la tortura animal.
Para ello urden una consulta popular, en la que,
camuflada entre alguna que otra pregunta cuyo resultado es obvio para cualquier
persona con un dedo de frente, plantean “la pregunta de marras”, a sabiendas de
que el referéndum le importa más bien poco a la mayoría de la población (como
se encargan de demostrar los resultados) y que precisamente los que están en el
ajo antitaurino, son los que acudirán masivamente a ejercer su derecho en tan
democrática jornada.
Por si no fuera suficiente, los días previos, “alguien”
buzonea el típico panfleto al efecto (por cierto, ¿quien paga esto?) en el que
con el clásico lenguaje apocalíptico y demagógico, con sangre, torturas y
demás, nos instan a votar contra los festejos taurinos, y nos prometen un mundo
mucho mejor y más justo, lleno de pajarillos y flores de colores.
No decían nada sobre lo que debemos votar en las otras
cuestiones. Ya puestos, podían haber sugerido que la caldereta fuera de
verduras.
Y ahora viene lo mejor, los resultados.
Pues resulta que ese “contundente” 58,42% de
votantes (sobre el total de votos válidos) que se muestran contrarios a que el Ayuntamiento apoye
los festejos taurinos suponen 468 personas (279 votaron que si), o lo que es lo
mismo, el 6,14 % de un censo de 7.615 votantes potenciales. Menos, por cierto,
que los que pasan cada año por taquilla en las novilladas.
Creo que no hace falta decir nada más acerca
de la legitimidad democrática de la lectura que hace el equipo de gobierno de
este resultado.
Es evidente que en una situación de ajuste (o
recorte) presupuestario las aportaciones municipales a la organización de
festejos taurinos están en el punto de mira, nos guste o no. No estamos
hablando de necesidades básicas para un pueblo.
Yo sería el primero en apoyar esa decisión
planteada con un razonamiento lógico y veraz.
El problema está en pasarle el muerto a una
supuesta decisión discutiblemente democrática y además interpretar esos
paupérrimos resultados como un no a las novilladas y un si a los festejos
incruentos.
Hubiera sido tan sencillo y mucho más elegante
decir, “Miren, no hay dinero para fiestas, así que vamos a empezar a recortar
por los toros porque no nos gustan” y punto. Y luego que cada palo aguante su
vela.
Pero que no traten de vendernos la moto de la
participación popular y demás historias de este tipo porque ya nos las sabemos
y al final, el tufo que queda es que como nos toman por tontos nos quieren
tomar el pelo.
Y eso si que no es elegante…
Y termino con una sugerencia. En las próximas
elecciones municipales retrátense sobre este tema en sus programas electorales,
así ya sabremos claramente lo que estamos votando sobre la cuestión.
Gracias.
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