Foto: Juan Pelegrín, www.las-ventas.com |
Al de la Puebla se le nota bien y pronto cuando lo que le ha tocado en suerte no le hace tilín, y si no le hace tilín, no hay nada que hacer.
Nos pongamos como nos pongamos.
Y ayer se le vio bien y pronto.
¿Qué vale más, tirarse diez minutos dando trapazos al aire apurando hasta que suene el primer aviso, como tantos otros, o cortar por lo sano sin darse coba?
Evidentemente, y dadas las circunstancias, entre ambos extremos cabe la posibilidad de darle al de negro su lidia, que alguna tendría el segundo de su lote, digo yo.
Pero curiosamente, de entre los pocos momentos que más puedo recordar de la “estresante” tarde de ayer en Las Ventas, una verónica y dos trincherazos de Morante a su primero.
¿Poco? Si muy poco, pero de tantos otros mantazos a diestro y siniestro, tarde si tarde también, no tengo el más mínimo recuerdo.
Yo no sé que es mejor, ni más ético, ni más auténtico, si una colección anodina de pases y mantazos varios para que justifiquemos el desembolso, o el corte por lo sano y a otra cosa, mariposa.
En cualquier caso, allá cada cual con lo suyo. Otra vez será.
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